sábado, 1 de julio de 2017

Mi ciudad


A veces pruebo a quitarme el disfraz de desinterés por lo más cercano y deambulo de incógnito por mi ciudad en un intento de empatizar con mi pasado; porque os confieso que, de un tiempo a esta parte, huele a pasado, un pasado con el que me deleito buscando pistas para enfrentar el futuro con la confianza que da la ventaja de estar jugando en casa.
Os hablo de un pasado en el que me sumerjo sin miedo; sus limpias aguas se han desprendido de toda carga negativa que, cual poso, ha sedimentado en el fondo del olvido.
Esta vez me he quitado el disfraz que os comentaba justo cuando ella, mi ciudad, se calzaba el suyo favorito, ese que desempolva cada año para inundarse de fiesta, de color, música y tradición, y me ha gustado lo que he recordado, porque todo con lo que ha disfrutado mi vista no era sino un reflejo de un pasado en común con vosotros, mi querida gente.
¿Recordáis, amigos, aquellos tiempos en los que en raras ocasiones nos acordábamos de hoy? Pues bien: hoy, en una suerte de paradoja vital, le he devuelto un saludo que vagaba en una encrucijada de dimensiones a mi yo pasado, y he constatado que ambos seguimos viendo la misma inocencia en los ojos del otro; mas no temáis, he cerrado enseguida el bucle temporal para evitar posibles fugas de sentimientos, ¡significan tanto…!

© Patxi Hinojosa Luján, dedicado a los amigos de la cuadrilla, con cariño
(01/07/2017)

(Foto: cortesía de mi querido amigo Juan Francisco Ramos Hernández, «Juantxo»)



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