lunes, 16 de enero de 2017

Demasiado tarde


Corrían años sombríos en los que la utopía, con la ligereza que otorga la soberbia, nos engañaba disfrazándose de esperanza. Un nudo en la garganta le impidió calzarse el disfraz que requería la ocasión; ni siquiera fue capaz de colocarse la máscara adecuada. Titubeó al ofrecer una modesta propina a aquel operario al que vio bajar las escaleras a la par que lo hacía su ánimo, pues como casi siempre era portador de unas noticias que hubiera deseado no portar jamás; entonces cerró la puerta y, en una reacción vehemente, hizo una bola deforme con el papel del telegrama y la arrojó con furia contra una pared que apenas la sintió.
Hacía días que algo no iba bien, que en aquel rincón de Mar del Plata que lo acogió años atrás y en cuyas playas solía perderse buscando el reflejo y la llamada de su tierra cuando le invadía la morriña, sólo encontraba plomo, y esas olas que le confiaban sus secretos desde lejos antes de romper en sus orillas, lo hacían ahora en un dialecto que no lograba entender, o no quería…
Acudiría a la llamada, sí, mas con la seguridad de que sería ya demasiado tarde.

© Patxi Hinojosa Luján
(09/11/2016)

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